Ya paseamos en una nota anterior en el crucero Aqua Expeditions por dentro, experiencia deluxe sin dudas.
Como les comenté en aquella oportunidad, el embarque en el crucero Aria es en el Puerto de Iquitos, en Perú. El barco empezará el viaje a través del Río Itaya, en la profundidad de la Amazonía.
La navegación continuará luego a lo largo de los dos más grandes tributarios del Río Amazonas, el Ucayali y el Marañón, así como en el poderoso Amazonas mismo.
Arrancamos el día con la foto con Coco que es must entre nosotros!
Desde la primera mañana que uno desembarca y navega en los Zodiac, la aventura es otra. Meterse cada vez más en el corazón del Amazonas. Era estar en el medio de la selva, rodeados de monos, aves, carpinchos, caimanes, tarántulas, lobos de río, arboles, un río de 500 metros de ancho y todo lo que eso conlleva.
Los caimanes son animales que salimos a buscar durante la noche, ya que es más fácil verlos por el color de los ojos que contrastan.
La clave del calzado: buenas zapatilas y botas de lluvia (que te ofrecen en la embarcación así que no es necesario cargarlas), que sin saberlo se convertirán en los mejores compañeros de viaje. Vas a atravesar charcos, crecidas y maleza, mientras los guías van utilizando machetes cuando sea necesario.
Uno empieza a sumergirse en un modo de vida tan distinto, donde parece que lo único importante es conseguir el alimento del día y luego disfrutar de la naturaleza. Por eso en el camino te vas cruzando con pescadores que te muestran su pesca del día, siempre algo van a sacar en semejante río.
Son lugares que a uno lo invitan a hacer una pausa. Intento no caer en un cliché, pero resulta impresionante la cantidad de cosas que tenemos y no necesitamos (nota mental hacer post aparte sobre esto, como autorecordatorio).
Logramos ver y escuchar varias especies de aves, así como víboras de todas las especies, hormigas, sapitos venenosos, y muchos más.
Está lleno de “Hormigas de fuego” que las llaman así porque dejan sensación de ardor en la piel así que andá con ciudado.
Realmente te vas con un sueño cumplido de incursionar en lo más profundo del corazón de la selva amazónica.
