Camino Inca: llegada a Machu Picchu una de las 7 nuevas maravillas del mundo moderno.

Camino Inca: llegada a Machu Picchu una de las 7 nuevas maravillas del mundo moderno.

Después de tres días siguiendo el camino construido hace más de 500 años por los antiguos incas a través de zonas de selva, pasos de montaña de más de 4000 metros y unos paisajes impresionantes, el último día del Camino Inca no podía tener un mejor final.

Este último día es duro , se arranca a eso de las 4 am y la caminata comienza en plena oscuridad, por lo que tu principal aliada, además de unos buenos bastones, va a ser la famosa linterna de cabeza. Para mi malísima suerte a mitad de camino me quedé sin pilas y entre todos me fueron iluminando como pudieron (después de unas leves lágrimas que me cayeron).


Cuando el sol ya empieza de a poco a asomar, y tu cansancio ya va llegando al extremo, en este trekking considerado sin dudas uno de los mejores del mundo, caminás todo el tiempo con la vista fija en tu objetivo: la montaña de Machu Picchu.
Aún cansados, el paisaje de este último día no deja de impactarte, no te pierdas de ver el macizo del Salcantay que es imperdible.

La mayor parte del camino transcurre bajo la frondosa vegetación de los bosques tropicales y subtropicales que cubren las montañas que rodean Machu Picchu.
Este día, al menos la primera parte, se trata de una bajada zigzagueante bastante pronunciada por una zona en la que hay menos árboles pero sí está lleno de rocas enormes e irregulares que sin una buena visión y una pisada firme, te pueden complicar más aún que algunas subidas.
Paciencia que vas a tener un paráte para rfrescarte y descansar un momento cuando se llega al campamento de Wiñay Wayna.
Ya ahí te sentís un poco más repuesto, y seguís la caminata hasta llegar a la famosa Puerta del Sol o Intipunku, una impresionante y casi vertical escalera de roca… por la que salvo que seas un especialista, vas a terminar subiendo gateando, yo diría que mi estilo no alcanzó ni el gateo, fue un “Subo como puedo, pero subo”. Tené cuidado con el contrapeso de tu mochila que no es detalle menor, de verdad esa escalera es vertical.


Pero la subís con todo tu resto de energía porque sabés una cosa: ni bien termines de subir vas a tener la primera y espectacular vista de la lo que venís deseando y por lo que hiciste tanto esfuerzo: la ciudad perdida de los Incas. A menos de 2 kilómetros y recostada sobre la loma de una montaña, Machu Picchu te golpea y espera con toda la fuerza de sus más de 500 años de historia.
Ahí emocionáte, desmoránate, gritá…. Disfrutá del logro de haber llegado hasta ahí de la forma menos confortable, pero que te deja una experiencia inolvidable.


Desde ahí ves el el santuario, las terrazas, los templos y el mítico Huayna Picchu, la montaña situada junto al recinto de Machu Picchu y que es el pico más alto y al cual podés ascender, si te quedan ganas….
Obviamente, acá inevitablemente vas a tener la primera sesión fotográfica.
Una vez que terminaste tus fotos, la admiración del lugar, volvés a caminar un tiempito, que se te hace eterno, porque si bien es el final lo ves en todo su esplendor y cerca y ya ahora sí, te carcome la ansiedad.
Llegada: paseá por todo tiráte en las terrazas!!! Descansá escalá hacé lo que quieras!!! Estás en una maravilla del mundo y encima, a la que llegaste con esfuerzo!


No les voy a contar la parte de historia ni arqueología creo que ya hay escrito historia de cada piedra que conforma las construcciones, así que lo van a encontrar fácil… además, mi cerebro, sin tanta cabida, se ve que no tiene espacio para tanta info.

Aclaro, aunque sea obvio que no pegué ninguna patada en esa foto, fue un chascarrillo porque tuve que esperar pacientemente a que la dueña del lugar santo, se decidiera a invitarme a pasar.

Datos útiles no está permitido entrar con mochilas y otros objetos. Si querés te estampan el pasaporte (obviamente ese sello forma parte del mío por dos! Porque también fui por un camino alternativo de 4 días también que ya les mostraré).

Después de horas de estar ahí a tu antojo, bajás a Aguas Calientes, donde todos paseamos sucios malolientes y radiantes de felicidad!!!! Última comida en grupo, despedidas de todos quienes hacen posible que este viaje, además del Machu Picchu en sí mismo que ya es mucho, merezca la pena!

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