En enero de este año fuimos a pasar unos días a Bariloche, de manera muy variada, así que la vamos viendo por partes! Ante todo era la primera vez que iba a Bariloche en pleno verano y tengo que decir que me encantó!! Aunque particularmente es un lugar que me gusta todo el año.
Hoy les cuento esta parte del viaje, que fueron 3 noches y sus días bajando ríos y lagos en kayak. Aclaro que no sabía nada de remar en kayak, hice remo un tiempo en el Delta pero de kayak… cero.
La primera sensación que uno tiene es la de estar encerrado (para que no entre agua porque en este plan uno carga todas sus cosas: ropa, comida, etc para los días que se vienen), se coloca una protección que sería algo así como un tutú de neoprene que uno tiene en la cintura y al ingresar al kayak lo engancha de los bordes, para que quede cerradísimo, y … salvo que ocurra la mala suerte de que el kayak se de vuelta… no entra nada de agua!
Tip: si el kayak se da vuelta, lo primero que hay que hacer es soltarse ese sujetador de neoprene que está enganchado para salir nadando y luego recién dar vuelta el kayak. Antes de eso, resultaría imposible.
El recorrido comenzó por el Río Manso, y el primer día remamos literalmente contra viento y marea; al punto de decidir emprender al menos un tramo de vuelta para encontrar un lugar donde dormir, porque era imposible seguir avanzando con viento en contra y lluvia.
Todo esto fue posible gracias a Luciano Frasson, dueño de Frasson Travel Dessigner, quien además es guía de kayak y montaña, así que él sabiamente nos decía cuándo parar, dónde dormir, básicamente…. Coco y yo estuvimos en sus manos todos esos días! El era quien sabía leer los ríos, los lagos y las montañas y nos lo demostró!
Por si el plan camping, aventura y kayak (muchas horas diarias) no fueran suficientes, también sumamos trekking hasta un punto panorámico increíble que ven en las fotos. Valió la pena la subida!!
Nos van a ver de espaldas en esa foto; eso es porque desde hace muchos años con Coco elegimos sacarnos fotos de espalda siempre en la misma postura en lugares icónicos del mundo (tenemos en la Plaza Roja de Moscú frente al Kremlin, en Machu Picchu recién llegados luego de hacer el camino del Inca, en el Taj Mahal , la Muralla China y varios más) o en lugares que simplemente nos deslumbran, y que al menos para nosotros, se sienten icónicos. Además, cuántas veces uno tiene la oportunidad de estar solo en medio de la naturaleza?
En esta experiencia además de haber tenido la suerte de contar con un guía, compañero y amigo de aventuras perfecto, Luciano; vivimos en perfecto y completo contacto con la naturaleza: no era la naturaleza a nuestra disposición, sino nosotros adaptándonos a lo que ella nos decía. Si un río se revolvía, y nos hacía volver a remar en sentido contrario lo hacíamos; si un viento casi huracanado no nos permitía hacer las carpas en donde nosotros queríamos, entendíamos que quien mandaba era el viento y no nosotros. Estuvo bueno vivir en armonía con la naturaleza y obedeciendo sus designios, que son sabios.
Gracias Alchemy DMC y Frasson Travel Designer!
